La Navidad es época de felicidad, familia y regalos. Un combo en el que debemos implicar a nuestras mascotas y hacer que también sientan esta época como algo especial y divertido. Así, para que no tengas problema alguno, te contamos cómo celebrar la Navidad con tu perro: ideas y consejos
Cómo celebrar la Navidad con tu perro: ideas y consejos
Con la llegada de fin de año, todo se vuelve hiperbólico a nuestro alrededor. Luces, comida, compras, gente… Como pasa en la casa de Gran Hermano, en Navidad todo se magnifica y, por momentos, puede ser un problema para tu mascota. Si quieres disfrutar estas fechas de la mejor forma, te contamos cómo celebrar la Navidad con tu perro: ideas y consejos para que todo sea perfecto.
Adornos navideños
Hay familias que a mediados de octubre ya tienen la casa con el modo Navidad activado. Y no hay problema, siempre que tengas en cuenta la presencia de uno o varios perros en la casa.
Hablamos de árboles, velas, guirnaldas, bolas o figuritas, elementos preciosos pero altamente peligrosos y tóxicos para tus mascotas. Y a pesar de que tu perro sea el mejor y más listo del mundo, cuenta con que estos elementos decorativos navideños son coloridos y brillantes, por tanto, hipnóticos para ellos. Lógicamente, los perros pensarán que son juguetes y no dudarán en lanzarse a cogerlos con la boca.
Así las cosas, a la hora de decorar, intenta que todo quede fuera del alcance del perro. Si os vais de casa, dejad las luces apagadas y los enchufes retirados para evitar problemas de relevancia y disgustos.
Plantas navideñas
Y si los elementos decorativos son altamente peligrosos para tus perros, qué decir de la planta navideña por antonomasia. La flor de Pascua tan típica de estas fechas tiene una savia que puede causar daños a tu perro en la boca y el esófago. Además, le generará diarrea, vómitos y mareos. Si vas a comprar una o varias flores de Pascua, manténlas lejos de su alcance pues es muy llamativa y hará lo que sea por cogerla.
Pasa lo mismo con el muérdago, incluso con el acebo, dos plantas típicas navideñas. De hecho, en este caso las consecuencias pueden ser letales, por lo que se recomienda evitarlas a toda cosa y, si no es el caso, alejarlas lo más posible de su alcance.
Dulces navideños
Con la llegada de la Navidad ya asumimos que vamos a coger peso. Comidas copiosas, a deshora y, sobre todo, mucho dulce. Turrones, polvorones, tartas, helados… En Navidad todo vale. Y claro, cada vez que comamos algo dulce, ahí va a estar tu perro pidiendo, con carita de bueno y haciendo pucheros. La recomendación es clara: no le des nada dulce. De hecho, las urgencias veterinarias se colapsas en Navidad por culpa de las intoxicaciones alimentarias.
Recuerda que el azúcar es veneno para tu perro, al igual que el chocolate y en Navidad, todo es de azúcar o de chocolate. Si quieres darle caprichos a tu perro, el consejo que te damos es que le compres chucherías específicas para perros. Las tienes de mil tipos, incluso algunas que le ayudarán a limpiar los dientes, aprovecha la ocasión.
Ruido navideño
Va a pasar. En Navidad te vas a juntar con tu familia, vais a poner música, vais a elevar el tono de voz al hablar, vais a cantar, vais a gritar y lo vais a pasar en grande. En este caso, tu perro debería participar de la fiesta familiar. Para conseguirlo, asegúrate que la presencia de gente y el alboroto no le genera ansiedad o nervios. Si es así, llévale a un sitio tranquilo donde pueda relajarse.
A la hora de sacarle a la calle, pasa algo parecido. Busca zonas de paseo tranquilas, sin demasiadas luces, ni estruendosos villancicos, para que ese momento de relajación y comunidad contigo lo siga siendo y no se vea alterado por elementos ajenos.
Fuegos artificiales navideños
Los fuegos artificiales son inevitables en Navidad. Por mucho que tú no los uses, siempre tendrás algún vecino que se dedica a lanzar cohetes y petardos durante toda la noche, asustando a tu perro como nunca. De hecho, el impacto de los fuegos artificiales en algunas mascotas va más allá del momento de su lanzamiento, generándoles un estrés y una ansiedad que se puede prolongar durante días.
En este caso, la solución es complicada. Te recomendamos buscar un sitio tranquilo de la casa, donde el ruido no sea tan nítido y el perro se sienta tranquilo, mientras confías en que a tu vecino se le acabe pronto el arsenal.
Disfraz navideño
Hay quienes aprovechan la Navidad para disfrazarse. No en el sentido estricto, pero sí con sus jerseys de renos, sus gorros de Papá Noel, sus calentadores, sus collares o sus matasuegras. Más allá de juzgar a estas personas, que en algunos casos merecen cárcel, debemos pensar en si tenemos un perro y si le vamos a hacer partícipe de este momento disfraz.
A priori, disfrazar a tu perro con un traje o ponerle un gorrito no implica problema alguno. Eso sí, de hacerlo, hazlo bien. Es decir, no improvises un gorro para tu mascota a última hora, pues puede estar incómodo, desconcertado, incluso llegar a enfadarse y comérselo. Si le vas a disfrazar, búscale un disfraz específico y adaptado a su fisionomía y su tamaño. Es decir, acude a una tienda especializada y compra algo a su medida.
De hecho, puedes aprovechar y disfrazarle, a la par que le abrigas, si es que hiciera frío. Es la forma más sencilla de que tu perro sea uno más en Navidad.
Regalos navideños
Si le vas a hacer un regalo a tu perro, no lo dudes, que sea algo específico para perros. Ya sea alguna chuchería, juguete o cualquier otra cosa, cómpralo en una tienda especializada y no en la tienda de todo a un euro de debajo de tu casa. Por el bien de tu perro.
No obstante, si quieres darle un regalo especial, juega y pasa tiempo con él. Piensa que en Navidad vas a estar mucho tiempo con la familia y, por momentos se sentirá desplazado. Recuérdale que no es así y que forma parte de la familia.