Tanto si te has comprado recientemente un maravilloso sillón nuevo, como si no, encontrarse algún que otro arañazo en él provocado por las queridas uñas de tu gato es, siempre, un auténtico fastidio. Y duele más cuando te has gastado unos cuantos cientos de euros en él, y en definitiva, acabas de estrenarlo hace bien poco. Y no importa, quien habla de sillón habla de sofá o incluso una simple silla. Cualquier cosa con tela es susceptible de recibir los arañazos del minino. Y aunque pueda enfadarnos muchísimo, en realidad se trata de una rutina o un hábito natural del gato.
¿Por qué los gatos arañan?
Antes de que puedas enseñar a tu gato a no arañar o rascar el sofá (o cualquier otro mueble) debes entender por qué lo hace en primer lugar. Como te hemos explicado anteriormente de forma breve, en realidad es un instinto natural del minino. Pero también puede hacerlo por otras razones. Veamos:
- Para sentirse bien. Arañar cosas les siente genial a los gatos. No es que sean “malos” por naturaleza y les apasione fastidiar tu silla favorita o tu sofá. Les ayuda a la hora de aliviar el estrés y disminuir las posibilidades de que el gato desarrolle otros comportamientos mucho peores, no deseados.
- Para mantener la salud de las garras en buen estado. Arañar y rascarse ayuda a un gato a deshacerse de la cáscara protectora que posee la uña externamente, y además lo hace de forma periódica según sea necesario. Es útil para mantener las uñas sanas.
- Para marcar. Las patas de un gato contienen glándulas aromáticas, y arañar o rascar cosas liberan una serie de olores que les ayuda a marcar su territorio. Es importante que los mininos utilicen este método de comunicación, aún cuando solo tengamos un gato en casa, sentirá la necesidad de transmitir información de esta manera.
- Para estirarse. Rascarse les brinda la posibilidad de hacer ejercicio y de estirarse, algo muy valioso para sus músculos y tendones.
Cómo conseguir que el gato no rasque o arañe cosas
Evidentemente, no es en absoluto adecuado ni recomendable quitarle las garras o uñas al gato. Es una auténtica salvajada, que puede afectarles de forma tremendamente negativa, tal y como veremos en el apartado siguiente.
Y, la buena noticia, es que puedes lograr que el gato deje de rascar o arañar tu sofá favorito. Con algo de paciencia, eso sí, pero de forma fácil y sencilla. Toma nota:
- Decide, localiza y compra varios postes para rascar especialmente diseñados para gatos, así como algún juguete interactivo. Este es, en definitiva, un paso crítico del proceso. Es esencial que elijas el poste correcto porque proporcionarle al gato una superficie de rascado que no le guste hará que al final no funcione. Eso sí, es aconsejable que el poste sea fuerte, resistente y cubierto con algún material que a los gatos les encante rascar.
- Coloca los postes de rascado de manera estratégica repartidos por toda la casa. Por ejemplo, una buena opción es escoger aquellos lugares donde al gato le guste pasar el rato, como cerca de las ventanas o en la sala de estar, donde posiblemente tienda a pasar bastante tiempo haciéndote compañía. Además, a los gatos también les encanta estirarse y rascarse cuando se despiertan de una siesta, de manera que una buena idea es colocar un poste cerca del lugar donde habitualmente duermen.
- Haz del sofá o del sillón un lugar poco atractivo para rascarse. Puedes lograrlo colocando bien una sábana alrededor del área donde el gato suele arañarla (para que no pueda meterse debajo), utilizar una cinta adhesiva de doble cara o papel de aluminio, o rociar un spray con aroma a cítricos (sí, los gatos tienen una aversión natural a los olores de cítricos).
- Rocía los postes de rascado con hierba gatera o madreselva. Esto puede ayudar a que los mininos se interesen aún más por estos elementos.
Si son nuevos en esto, el gato mostrará interés por el nuevo elemento. Si es así, utiliza un juguete interactivo (por ejemplo una varita) empezando a jugar con él a unos metros del poste. Una vez el gato esté jugando, coloca el juguete en el extremo del poste, hasta que lo cubra. A menudo, cuando los gatos “descubren” el poste de esta forma, especialmente cuando están cubiertos con un material resistente a los arañazos, lo más común es que terminen volviendo a ella una y otra vez.