Cada vez hay más gente que le pierde el miedo a juntar perros y gatos en casa. Si te gustan unos y te gustan otros, ¿por qué renunciar a ellos? Eso sí, antes de dar el paso, conviene que tengas en cuenta las claves y los mejores consejos para la convivencia entre los perros y los gatos. Nadie dijo que fuera fácil.
Las claves y los mejores consejos para la convivencia entre los perros y los gatos
Si ya es complicado elegir entre los infinitos nombres para perros que hay, imagina cómo puede ser juntar a perros y gatos en tu casa. Ni mucho menos. De hecho, hay hogares en los que, además de perros y gatos, conviven tortugas, pájaros, reptiles o peces, sin problema alguno. Eso sí, con las claves y los mejores consejos para la convivencia entre los perros y los gatos todo será mucho más sencillo para que esa convivencia sea lo más normalizada posible.
Son determinadas pautas que mucha gente no tiene en cuenta pero que, cuidando, favorecen una armonía y un ambiente familiar mucho más tranquilo. Éstas son las claves y los mejores consejos para la convivencia entre los perros y los gatos
Presentación oficial
Seguramente, el momento de la presentación sea el más complicado de la convivencia, pero como pasa con todas las especies. Además, el escenario cambia, según sea el perro o el gato el que ya vive en la casa. La presentación debe hacerse en un sitio amplio, donde el gato tengas opciones de escapatoria, en caso de ponerse nervioso.
- Si el perro ya era parte de la familia, la recomendación es ponerle la correa para sujetarle. Primero, dejaremos que se observen y se conozcan, todo en un ambiente relajado y tranquilo. A continuación, los acercamos para que se huelan y les damos tiempo para que asimilen la situación. Si todo va bien, no debería haber problema alguno.
- Si el gato ya era parte de la familia, la presentación será más tensa. Los gatos son más territoriales y, salvo que sea un cachorro y vea al nuevo miembro de la familia como compañero de juegos, es posible que no esté muy receptivo con la situación. En este caso, debemos darle tiempo, más que al perro, para que se vaya haciendo a compartir protagonismo en la casa. Conviene no coger al gato en brazos, por si se asusta y te araña.
Si no encajan a la primera, no te preocupes, que es lo habitual. Dales tiempo y ten paciencia, pues lo normal es que el acercamiento tarde un tiempo.
La hora de la comida
La comida es una de las las claves para la convivencia entre los perros y los gatos. Si queremos concordia en la casa, debemos respetar cierta jerarquía que da la veteranía. Así, la recomendación es dar de comer primero a la mascota que lleva más tiempo contigo. Lo hacemos para que no sienta que la otra mascota viene a sustituirla y crezca el rencor hacia ella. Además, el nuevo miembro es nuevo en la casa, por lo que no tiene un hábito de comida adquirido y se adaptará a lo que le toque.
Por otro lado, el gato debería tener su comida en una zona de altura, evitando así que el perro, más glotón por lo general, se la coma.
Espacios propios
Los perros, por lo general, tienen facilidad para encontrar sus propios espacios en la casa. Esquinas, sillones, alfombras… Para que no coincidan y no haya problemas de territorialidad, debemos facilitar espacios propios a los gatos, donde el perro no pueda acceder. En este caso, lo más fácil es buscar zonas en altura o espacios reducidos donde el perro no entre.
Convivencia paulatina
Cuando hablamos de dar espacio a las mascotas para que se hagan a su nuevo compañero, nos referimos durante algún tiempo. En este caso, conviene mantenerlos separados al principio y, poco a poco, y siempre con presencia humana, juntarles en la misma habitación. El tiempo de adaptación es indeterminado, aunque siempre es más fácil si una de las mascotas es un cachorro, pues están más abiertos a las nuevas amistades.
Juguetes propios
Al igual que cada mascota tiene su cama, su comida, sus aperos para comer y demás, también cada uno debe tener sus elementos y juguetes propios. Hablamos desde un arenero, a un mordedor, pasando por juguetes propios. De hecho, es recomendable que los juguetes de cada uno de ellos estén siempre guardados en la misma zona y ellos lo asimilen como que es otro de sus espacios. Si, por lo que sea, tenemos que cambiarlo, podemos hacerlo poco a poco, aunque nos lleve más tiempo.
Repartiendo cariño
Como pasa con los niños, los celos harán acto de presencia más pronto que tarde. Si le haces un arrumaco a tu perro, recuerda hacerlo mismo a tu gato, aunque creas que no te está viendo. Así, además de evitar piques entre ellas, limitarás los enfados y las malas conductas. Reparte mimos y cariños a partes iguales y te ahorrarás muchos disgustos.
Higiene habitual
Al tener dos mascotas en casa, la higiene debe ser máxima. Tanto a las mascotas, como sus utensilios, juguetes y elementos, debes lavarlos y limpiarlos con frecuencia. Especialmente importante es tener el arenero limpio, higienizarlo con guantes y mantenerlo, en la medida de lo posible, lejos del alcance del perro.
Diferentes necesidades
Lo normal es que tu perro necesite salir de casa tres veces al día. Mientras, el gato es feliz en la casa y, si lo necesita, tiene un arenero. Esto no quita para que nos despreocupemos del gato y no lo tengamos en las mejores condiciones, lo que podría derivar en envidias y celos. Mantén el arenero limpio y accesible y, siempre que lo use, dale un premio, como haces con tu perro cuando se porta bien por la calle.
Veterinario
Ni que decir tiene que tanto el perro como el gato deben estar al día de vacunas, microchips y todo lo que implique visitas al veterinario. Eso sí, mejor llevarlos por separado al veterinario y que cada uno tenga su espacio, también con su doctor.