

Siempre que hay un buen clima aprovechamos para salir y pasear con nuestro perro, pero por el camino podemos toparnos con algunos enemigos desconocidos que pueden afectar y hacer mucho daño a nuestra mascotas: las espigas. Ellas vuelan fácilmente por el aire y es posible que se incrusten en su piel, orejas o nariz. En ocasiones suelen ser inofensivas, pero otras veces pueden causar daños importantes a nuestro compañero peludo. A continuación, te hablaremos de los peligros de las espigas para los perros, síntomas y trucos para proteger a tu amigo.
Están en el ambiente, se incrustan en la piel de nuestro perro pero pasan desapercibidas aunque a ellos sí que les molesta. Con frecuencia pueden alojarse en las axilas o debajo de las almohadillas de sus patas. Por eso es necesario revisar la piel de los perros, apartando el pelaje para ver bien y descartar que haya alguna espiga clavada. En el caso de que encontremos una espiga clavada, debemos retirarla limpiamente antes de que le ocasione una infección.
Peligros de las espigas en perros
Las espigas representan las vainas que cubren las semillas de varias plantas gramíneas. Como característica, tienen forma de flecha afilada en la punta y son de textura áspera. Además, pueden adherirse fácilmente a cualquier superficie: en el pelaje del perro o material blando como la piel o en sus mucosas.
Las espigas son usadas por la planta para proteger a la semilla y así asegurar que sean esparcidas naturalmente a través del aire o por los desplazamientos de los animales. Algunas son de color verde, cuando no han madurado lo suficiente. Las zonas donde normalmente aparecen es en los parques, campos, jardines y en las montañas cuando es primavera. Durante el verano prácticamente perduran (son de color amarillo).
Cuando el calor es muy intenso su color se vuelve de verde intenso a amarillo, es en este momento cuando suelen ser peligrosas. En este sentido, las espigas al ser amarillas significan que las vainas están secas, por lo cual se pueden desprender con facilidad y clavarse. Cuando las espigas alcanzan este color, es donde el perro es más propenso a clavarse una.
Síntomas de que tu perro tiene una espiga en la nariz
La nariz es un sitio muy frecuente donde se puede alojar una espiga. Cuando el perro tiene una espiga clava en la nariz, esta le generará mucho picor y necesidad de rascarse esa zona. Tendrá frecuentes estornudos que no cesan. En este caso será necesario llevarlo al veterinario, pues es probable que tenga una espiga clavada.
Otro de los síntomas es que moquee constantemente y sin parar por la nariz. O peor aún, que moquee con sangre, pues es probable que se haya clavada la espiga mucho más profunda.
Síntomas de que tu perro tiene una espiga en el oído
También se puede dar en perros que tienen las orejas caídas y largas. Una espiga en el oído le generará mucho dolor y constante molestia. Sin embargo, se puede ver fácilmente.
El perro tratará de aliviarse sacudiéndose varias veces la cabeza a los lados, o pasando su pata por donde siente la molestia para quitar lo que tiene ahí. Podrás darte cuenta de que tu perro se rasca sin parar y se encuentra muy nervioso, a tal punto de que se restriega en la pared o el suelo.
Si tiene una espiga en el oído tendrá más riesgo de dañarse el oído de tanto rascarse y puede abrirse una herida y sangrarle. Es probable que coja una infección.
Síntomas de que tu perro tiene una espiga en el ojo
Si se trata del ojo, las espigas suelen alojarse detrás de los parpados. Es necesario actuar rápidamente porque podría perder su ojo. Al estar alojada en el ojo es probable que camine con torpeza o lento.
Durante el juego tu perro puede clavarse una espiga en el cuerpo y tendrás que prestar atención y sospechar de que algo ha ocurrido porque podrá aparecerse un bulto en la piel o en la almohadilla.
Otro síntoma es que ves que algo lame con frecuencia y se rasca constantemente. O que esté cojeando porque lo tenga clavado en la almohadilla.
Medidas para evitar que se le clave una espiga a mi perro
Es evidente que la manera de evitar que se le clave una espiga al perro es no llevarlo a esas zonas donde sea propenso que se las clave. Sin embargo, a veces es inevitable que ocurra dependiendo del sitio donde vivas. En estos casos debes llevar a cabo algunas medidas básicas:
- Evitar llevarlo a sitios donde se concentre la presencia de espigas, busca zonas abiertas que estén despejadas.
- Después de cada paseo revisa las orejas, el cuerpo y las patas del perro.
- Es aconsejable que cepilles al perro por lo menos una vez al día, o si lo has paseado en sitios donde exista más riesgo.
- En caso de que tengamos un perro con pelaje muy largo, hay que cortarle el pelo, sobre todo en épocas de calor.
Trucos para sacar una espiga en perros
Dependiendo de dónde tenga tu perro clavada la espiga, hay trucos para sacarla. Veamos.
Cómo extraer una espiga si se clava en la nariz
Si la espiga está clavada superficialmente puedes extraerla con las manos o con una pinza. Cuando ya la hayas extraído deberás aplicarle algún desinfectante, como, por ejemplo, Cristalmina. Una vez la extraigas revisa bien la zona por si ha quedado otra.
Si al extraer la espiga se rompe, deberás llevarlo al veterinario, porque podría generarle un granuloma. Si es así, la zona afectada se verá enrojecida y se infectaría. En este caso el veterinario evaluaría si aplicarle una cirugía o solo extraerla. Se deberá desinfectar.
En caso de que detectes que la espiga se encuentra en una de las fosas nasales, será necesario que lo lleves de inmediato al veterinario.
Cómo extraer una espiga si se clava en ojos u oídos
Si ves alguna espiga incrustada en sus ojos y oídos deberás llevarlo inmediatamente al veterinario. Tal vez si tratas de extraerla tú mismo es probable que empeores la situación, e incluso llegue a infectarse.
Cuida de tu perro y llévalo a pasear en ambientes seguros, sé cuidadoso sobre todo cuando es temporada de verano, que es cuando las espigas son más peligrosas.
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